Yo soy yo y mis microbios

'Bacteroides termitidis', uno de los microbios que viven en el instestino humano. (Foto: Brian J. Beck | CDC)

Las células de los microbios son 10 veces más numerosas que las del cuerpo humano

Sus genes multiplican por 150 a los humanos y cumplen funciones vitales para el cuerpo humano

Escrito por Cristina de Martos

¿Cuál es el tipo de célula más abundante en el cuerpo humano? Las de la piel... no. Glóbulos rojos... Tampoco. Ni blancos ni fibroblastos... Las células con mayor presencia en el organismo son los microbios. Sí, bacterias, hongos y demás seres vivos que cohabitan con nosotros y de los que depende nuestra fisiología, nutrición y salud. Un estudio ha secuenciado por primera vez sus genes.

Se estima que los microbios de nuestro cuerpo suman unos 100 billones de células, 10 veces más que las que conforman el organismo humano. Traducido en genes, estos seres vivos codifican 150 veces más que los contenidos en nuestro genoma. Para muestra, un botón: "De todos los genes del intestino humano, el 99% son bacterianos". Así lo explica a ELMUNDO.es Jun Wang, director del BGI-Shenzhen (China) y principal autor del artículo.

"Este estudio recoge por primera vez el catálogo de genes no humanos que participan en la vida humana", señala a este medio Francisco Guarner, responsable del grupo de investigación en Fisiología y Fisiopatología Digestiva del Institut de Recerca-Hospital Vall d'Hebron (Barcelona), y miembro de Consorcio MetaHIT, financiado por la Comisión Europea, que está detrás de este trabajo.

Un 'microejército' a nuestro servicio

Uno de los sitios favoritos de estos microorganismos es el intestino. "Para comprender el impacto de los estos microbios sobre el bienestar y la salud humanas, es crucial establecer su potencial genético", señala el artículo publicado en la revista 'Nature'. Un objetivo tan importante que existen varios proyectos para descifrar el microbioma. Entre ellos se encuentra el MetaHIT (acrónimo anglosajón de metagenómica del tracto intestinal humano).

El microbioma o metagenoma se ha obtenido gracias al análisis de las muestras fecales de 124 adultos europeos y contiene 3,3 millones de genes microbianos únicos de los que "cada individuo concreto porta alrededor de 600.000 y de ellos una tercera parte (200.000) está presente en la mayoría de los individuos", añade Guarner.

Con esta presencia, no sorprende el hecho de que "el ser humano vive gracias a las funciones de los casi 30.000 genes humanos que codifican y dirigen la actividad de nuestras células, pero también gracias a los 600.000 genes de los microorganismos que viven en asociación con el cuerpo", explica el autor español. Hasta ahora, se ha identificado un grupo de 160 microbios comunes a todas las personas.

Estas bacterias, que pertenecen sobre todo a las familias Bacteroidetes y Firmicutes, "cumplen funciones esenciales para nuestra salud –señalan Wang-. Sintetizan vitaminas, degradan ciertos compuestos que nuestro cuerpo no es capaz de asimilar, tienen un importante papel en el sistema inmune, etc.". En total, la flora intestinal humana realiza unas 20.000 funciones diferentes, de las cuales 5.000 son aún totalmente desconocidas.

Dos kilos de bacterias

Estos 100 billones de células pesan alrededor de dos kilogramos, "peso comparable al de cualquier órgano, por lo que se les puede considerar uno más, con su propia función", explica Guarner. Y como tal, puede estar sano o enfermo. A pesar de la gran variabilidad entre personas, los autores consideran que existe una 'normalidad' de esta flora intestinal y estados alterados que se corresponden con distintas patologías.

Precisamente, "el objetivo central de MetaHIT es establecer asociaciones entre los genes de la microbiota intestinal humana y nuestra salud y enfermedad", subraya Wang.

En el futuro, "conocer concretamente cuáles son los genes que participan en esas importantes funciones nos puede permitir corregir disfunciones o trastornos tales como la obesidad o las enfermedades inflamatorias del intestino, como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa", concluye el investigador español. "Ahora falta trabajar mucho para ver cuál es la aportación de cada gen, es decir, relacionar los códigos que se han descifrado con sus funciones prácticas e implicaciones para la salud".

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