Si no se erradica, termina causando dos enfermedades aun más graves: la “Desmoralitis” y la “Fracasitis”.
Definición de la enfermedad: Se manifiesta con agudos ataques de excusas surtidas.
Las excusas son las mentiras con que queremos convencernos a nosotros mismos para no hacer algo, o para evadir responsabilidades ante la vida.
Frases típicas de esta enfermedad son:
“NO TENGO TIEMPO”
¿Para qué mentir? Muchas veces es lo mismo que decir “no tengo ganas”. Es curioso que la gente más ocupada es justamente la que encuentra a veces más tiempo para hacer otras cosas.
“MI SALUD NO ME ACOMPAÑA”
¿Estás seguro? Piensa en los grandes hombres y mujeres de la historia que podrían haber usado esta excusa para no hacer lo que hicieron.
“NO TENGO EDAD PARA ESO”
Si no tuviste la edad a los 20, tampoco la vas a tener a los 40. Hay jóvenes de 70 años y viejos de 30. Solamente es demasiado tarde cuando piensas, cuando crees que es demasiado tarde.
“ME FALTA CAPACIDAD”/”NO PUEDO”
¿No será más bien que te falta constancia? Porque la constancia o perseverancia, es el 90% de lo que después llamamos “habilidad”.
“TENGO MALA SUERTE”
¿De veras lo has intentado? No busques suerte si no recurriste a la planificación, al optimismo, a la lucha, al trabajo perseverante. Las dificultades hay que aprovecharlas para aprender, y los fracasos como lección para empezar de nuevo.
“TENGO MIEDO”
¡La indecisión y el aplazamiento de las decisiones sólo hacen crecer el miedo!. No hay que dilatar inútilmente lo que sabemos que tendremos que enfrentar tarde o temprano. Hablemos con esa persona, vayamos donde tengamos que ir, tomemos esa decisión de una vez. Nos sacaremos un peso de encima y adquiriremos nueva confianza en nosotros mismos.
La próxima vez que seamos víctimas de esta enfermedad y queramos usar una excusa de estas, pensemos primero… “¿A quién quiero engañar?”
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